Lamento Nocturno


Bajo el sauce que inclina su manto de sombra,

donde el río sus lamentos desliza en la bruma,

mis penas se agolpan, cual hojas que alfombran

la tierra que olvida su aroma de pluma.


La luna, fantasma de nívea tristeza,

rasga las nubes con sus dedos de plata,

mientras el eco repite mi queja,

y el viento la arrastra, sin rumbo, sin patria.


El tiempo arrebató las rosas tempranas,

dejando en su huerto tan solo espinas,

y el ayer se desvanece en mañanas

de niebla espesa y ruinas vacías.


Tal vez en la tumba, silencio helado,

cese este fuego que el pecho me abrasa...

mientras, como niebla en el aire clavado,

mi alma se esfuma, sin forma, sin casa.



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